jueves, 9 de julio de 2009

Mi hallazgo en portugués.

Hace 3 días, en una de esas casualidades, coincidencias, artimañas (o como se quiera ver) del destino me tropecé con Fernando Pessoa.

Y desde el primer poema me hizo suya.
Deliraba entre cada verso; cada palabra exacta.
Dentro de cada poema... mi vida en otras manos.
En otro tono; en otra voz en pausa.
Maravilloso.

Literalmente enamorada;
específicamente de la voz de su heterónimo Álvaro Campos.
Los demás quedan pendientes por conocerlos.


Este fue mi hallazgo en portugués:

85.

Al final, la mejor manera de viajar es sentir.
Sentir todo de todas las maneras.
Sentir todo excesivamente,
porque todas las cosas son, en verdad, excesivas
y toda la realidad es un exceso, una violencia,
una alucinación extraordinariamente nítida
que vivimos todos en común con la furia de las almas,
el centro hacia el cual tienden las extrañas fuerzas centrífugas
que son las psiques humanas en su acuerdo de sentidos.

Cuanto más sienta, cuanto más sienta como varias personas,
cuanto más personalidades tenga,
cuanto más intensamente, estridentemente las tenga,
cuanto más simultáneamente sienta con todas ellas
cuanto más unificadamente diverso, dispersamente atento,
esté, sienta, viva, sea,
más poseeré la existencia total del universo.
más completo seré por el espacio entero afuera,
más análogo seré a Dios, sea él quien sea,
porque, sea él quien sea, con certeza es Todo.
Y fuera de Él sólo hay Él, y Todo para Él es poco.

Cada alma es una escalera hacia Dios,
cada alma es un pasillo-Universo hacia Dios,
cada alma es un río corriendo por márgenes de Externo
hacia Dios y en Dios con un susurro taciturno.


Álvaro Campos (Fernando Pessoa)
Tomado del libro: No, no es cansancio y otros poemas sin fechas

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