miércoles, 8 de julio de 2009

La partida

Cuando una tiene determinado cómo es que se vive su vida.
Cómo es que el mundo gira, y de qué color se enciende el ocaso.
Justo en ese momento todo gira.

Es como cuando una se sienta en un barandal que da vueltas sin cesar.
Una se acostumbra entonces al barrido de colores que se rayan con la velocidad en el que se derriten las cosas. Y se comienza a ver diferente, nace una cierta lógica detrás de aquellas esquelas de formas y rayones abstractos.
Es entonces cuando nos detienen. Y de nuevo todo cambia.

Cambios, cambios.
Dicen que son necesarios; dicen que llegan sin previo aviso; dicen que son sabios.

Hoy es miércoles, y se asemeja a un miércoles santo. Mi propio via crucis ha comenzado por adelantado y la pasión de mis huellas simulan aquellas de ese hermoso santo.

Crecer.
Dicen que es necesario. Dicen que no hay de otra ¿pero de dónde nace el gusto?
Con cada paso que doy una nueva tempestad se acerca. Son todas tan diferentes, todas con su propio matiz y color en mi vida.

En el ojo de un huracan encontré asilo.
Allí todo es calmo. Mas a mi alrededor todo cambia. Mi madre, mis mejores amigos, mi hermano, mi pasión, amores perdidos , amores atrevidos...
Todo cambia.
Ayer creí conocerlos a todos y hoy me encuentro sola de nuevo.


Es distinto.
Apesar que mis escritos develen con cierta tristeza mis pensamientos, no es realmente lo que motiva mi alma hoy desplegarse entre ellos. Es más que eso. Es crecer, es ese cambio. Es algo nuevo.

Llegó el momento. Como cualquier partida la incertidumbre enturbia la imagen de aquel destino, pero su fuerza es clara. Es hora de partir. Es hora de abrir las alas.


¡Adiós viejo mundo! ¡¡Bienvenida tempestad!!

1 comentario:

  1. Hay vidas que son como un barco, que se va haciendo de maderos, poco a poco de la nada. Un día ya esta terminado y esta seguro en el puerto.
    Pero los barcos no se hicieron para vivir de perenne protegidos. Se crearon para navegar, para surcar los mares, visitar continentes, recorrer el mundo y conocer muchos lugares. Y aunque mil peligros lo aguarden en el camino, navegar es su destino.

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me echan el ojillo