Pasó entonces...se cruzaron los cosmos y fuiste sincero como nunca.
Pero tarde...increíblemente tarde...
Mas el sabor de la melancolía inundaron aquellas frases perdidas.
Cuantas veces habré imaginado ese momento.
no sé qué tienen las flores llorona, las flores del campo santo
no sé qué tienen las flores llorona, las flores del campo santo
que cuando las mueve el viento llorona parecen que están llorando
ay de mí llorona llorona de azul celeste, ay de mí llorona llorona llorona de azul celeste
aunque la vida me cueste llorona...no dejaré de quererte...
martes, 30 de junio de 2009
domingo, 28 de junio de 2009
es könnte auch anders sein...??
Me agobia no saber lo que pasa.
Y más todavía no tener el hilo de pensamiento adecuado para descifrarlo.
Sigo aquí sentada frente al monitor, casi por 72 horas seguidas que se me escapan volando y no logro hacer nada.
El trabajo de siempre, me aguarda (cada vez más estresado) estrellándose contra la ventana a la par mía.
Me recuerdan a los pajarillos de mi infancia.
Entraban en la casa y quedaban atrapados.
Cuando se percataban de ello se golpeaban insesantemente contra la ventana.
No entendían que había un vidrio de por medio. Y muchas veces se mataban en la desesperación por escapar. Sin entender nunca que no era su imaginación; que sus ojos ciertamente lo engañaban y que algo evidentemente se estaba interponiendo entre ellos y su añorada libertad.
Quizás sea yo ese pajarillo...
Que veo tan próximo un destino y no entiendo que hay un vidrio de por medio. Y me golpeo frenéticamente contra esa fuerza invisible que no logro comprender y sigo optando por el intento estúpido y suicida de golpearme contra ella.
Pobres pajarillos; muertes más terribles debieron ser esas.
Nunca entendí su desesperación hasta hoy.
Pero volviendo a la suposición que fuera yo soy esa ave. y hubiera entre mi cometido y yo un obstáculo invisible...¿cuál sería mi solución?¿quedarme atrapada?
Buscar una salida sería lo más sensato... es decir de alguna manera llegué ahí.
¿Pero si devolverse no fuera una opción? y que haya sido precisamente el tiempo el que me haya traido aquí.
¿cómo devolverme?... hasta dónde yo sé hacer eso todavía es parte de una fantasía de la ciencia ficción. Y realmente no me atrae ese pensamiento involutivo de rehacer mis errores.
Me quedo entonces ahí sentada... con mi ansiedad disfrazada de paciencia, como una niña confundida con la mirada perdida.
Me arreglaría mi enagua y trataría de descifrar lo que sucede.
Es estúpido golpearme contra el vidrio... eso lo aprendí del pajarillo muerto que sostengo en la mano. Mientras tanto el tiempo me susurra constantemente que soy mortal y no es un lujo del que me pueda deleitar. El reloj se jacta de su importancia y me rodea frenéticamente con su tedioso tic tac tic tac.
En verdad es estúpido golpearme contra el viento... eso lo habré aprendido de aquel pajarillo muerto.
Y más todavía no tener el hilo de pensamiento adecuado para descifrarlo.
Sigo aquí sentada frente al monitor, casi por 72 horas seguidas que se me escapan volando y no logro hacer nada.
El trabajo de siempre, me aguarda (cada vez más estresado) estrellándose contra la ventana a la par mía.
Me recuerdan a los pajarillos de mi infancia.
Entraban en la casa y quedaban atrapados.
Cuando se percataban de ello se golpeaban insesantemente contra la ventana.
No entendían que había un vidrio de por medio. Y muchas veces se mataban en la desesperación por escapar. Sin entender nunca que no era su imaginación; que sus ojos ciertamente lo engañaban y que algo evidentemente se estaba interponiendo entre ellos y su añorada libertad.
Quizás sea yo ese pajarillo...
Que veo tan próximo un destino y no entiendo que hay un vidrio de por medio. Y me golpeo frenéticamente contra esa fuerza invisible que no logro comprender y sigo optando por el intento estúpido y suicida de golpearme contra ella.
Pobres pajarillos; muertes más terribles debieron ser esas.
Nunca entendí su desesperación hasta hoy.
Pero volviendo a la suposición que fuera yo soy esa ave. y hubiera entre mi cometido y yo un obstáculo invisible...¿cuál sería mi solución?¿quedarme atrapada?
Buscar una salida sería lo más sensato... es decir de alguna manera llegué ahí.
¿Pero si devolverse no fuera una opción? y que haya sido precisamente el tiempo el que me haya traido aquí.
¿cómo devolverme?... hasta dónde yo sé hacer eso todavía es parte de una fantasía de la ciencia ficción. Y realmente no me atrae ese pensamiento involutivo de rehacer mis errores.
Me quedo entonces ahí sentada... con mi ansiedad disfrazada de paciencia, como una niña confundida con la mirada perdida.
Me arreglaría mi enagua y trataría de descifrar lo que sucede.
Es estúpido golpearme contra el vidrio... eso lo aprendí del pajarillo muerto que sostengo en la mano. Mientras tanto el tiempo me susurra constantemente que soy mortal y no es un lujo del que me pueda deleitar. El reloj se jacta de su importancia y me rodea frenéticamente con su tedioso tic tac tic tac.
En verdad es estúpido golpearme contra el viento... eso lo habré aprendido de aquel pajarillo muerto.
domingo, 21 de junio de 2009
Indecisiones fortuitas
Un día saldré del cascarón
Un día pedirás perdón
Un día me recordará al anterior
Un día las fuerzas no serán necesarias
Un día llegaré
Hay días que se alejan... hay días que nadan cerca.
Me siento en el muelle de la desesperación y miro tranquilamente el reflejo de aquel vaivén.
El secreto estará en las noches; en las madrugadas; en las tardes.
En cualquiera que sean las esquinas que el reloj teje alrededor del sol.
Un día pedirás perdón
Un día me recordará al anterior
Un día las fuerzas no serán necesarias
Un día llegaré
Hay días que se alejan... hay días que nadan cerca.
Me siento en el muelle de la desesperación y miro tranquilamente el reflejo de aquel vaivén.
El secreto estará en las noches; en las madrugadas; en las tardes.
En cualquiera que sean las esquinas que el reloj teje alrededor del sol.
Mecida por el viento
Huele a tierra mojada.
Tan natural, tan vivo es ese aroma que sería indescriptible plasmarlo en el sentimiento que me evoca escribir. Y sin embargo...
Hay un enorme ajetreo dentro.
Sentimientos que recorren a mil por hora mi cuerpo.
Pensamientos verdugos que augurian mi desvelo.
El palpitar que se acelera o entorpece cambiando desenfrenadamente el ritmo; me resbalo y pienso....¿qué se traen consigo los vientos?
...y es que huele a tierra mojada.
No ha parado de llover para mí y es hoy, con este nuevo soplo, que huelo la tierra.
Tan peculiar, tan natural, tan vivo....
Desconozco el porqué pero hoy mi andar es diferente.
Mis pies se elevan y de alguna manera floto hacia un horizonte extrañamente cercano.
La adrenalina sustituye mi esencia y deseo... y crezco y crezco; pero huelo la tierra.
Es arbitrario; como estos escritos.
Disparatados y dispersos como ellos solos.
Pero la necesidad es grande. Algo he de escribir y ese algo es lo que ocurre.
Lamento no poder nombrarlo; pero quizás esta misticidad del hecho es lo que me enamora. Pues pensar en ello no ha parado de intrigarme en esta contradictoriamente quieta tarde dominguera.
Me siento... parecido a un esbozo alegre... con recuerdos pasados de una fuerza latente.
Es un torbellino lo que trae consigo esta lluvia.
El viento me empuja y emocionada no puedo sino dejarme llevar.
La Valse d'Amelie es el perfecto sinónimo de este pequeño escrito. Quizás la música exprese mejor lo que mis palabras hayan fallado en dibujar.
Tan natural, tan vivo es ese aroma que sería indescriptible plasmarlo en el sentimiento que me evoca escribir. Y sin embargo...
Hay un enorme ajetreo dentro.
Sentimientos que recorren a mil por hora mi cuerpo.
Pensamientos verdugos que augurian mi desvelo.
El palpitar que se acelera o entorpece cambiando desenfrenadamente el ritmo; me resbalo y pienso....¿qué se traen consigo los vientos?
...y es que huele a tierra mojada.
No ha parado de llover para mí y es hoy, con este nuevo soplo, que huelo la tierra.
Tan peculiar, tan natural, tan vivo....
Desconozco el porqué pero hoy mi andar es diferente.
Mis pies se elevan y de alguna manera floto hacia un horizonte extrañamente cercano.
La adrenalina sustituye mi esencia y deseo... y crezco y crezco; pero huelo la tierra.
Es arbitrario; como estos escritos.
Disparatados y dispersos como ellos solos.
Pero la necesidad es grande. Algo he de escribir y ese algo es lo que ocurre.
Lamento no poder nombrarlo; pero quizás esta misticidad del hecho es lo que me enamora. Pues pensar en ello no ha parado de intrigarme en esta contradictoriamente quieta tarde dominguera.
Me siento... parecido a un esbozo alegre... con recuerdos pasados de una fuerza latente.
Es un torbellino lo que trae consigo esta lluvia.
El viento me empuja y emocionada no puedo sino dejarme llevar.
La Valse d'Amelie es el perfecto sinónimo de este pequeño escrito. Quizás la música exprese mejor lo que mis palabras hayan fallado en dibujar.
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