Sencilla e impulsivamente comenzó

Con muchos cabos qué atar y exhaustiva tela por cortar, escribo hoy la primera entrada .
Cuantas veces habran dado vueltas en mi cabezas los motivos por los cuales hacer o no este blog.

Y finalmente hoy me quito la gana. Guindo el sombrero y me dedico a abrirme un poquito más.

Hoy como ayer o los días que los persiguen son todos piezas de la historia de mi vida.
La piecita de hoy no agrega ni algo nuevo ni nada viejo. Es una piecita un tanto regular, con tonos neutrales y esperanzas generales.

Me encuentro en una etapa de inspiración le diría yo.
Son frecuentes los impulsos de plasmar el chorro de coloridos pensamientos que me inquietan últimamente.

En fin, a modo de introducción comentaré conceptos aleatorios y sin sentido quizás pero que representen algo (llamémosle) consistente sobre quién soy. O no.

Su servidora es una pequeña gran mujer que le falta mucho qué aprender y sueña con lograr almacenar suficentes recuerdos, enseñanzas, cicatrices, risas y tropiezos, meterlos en sus albumes etereos y ser simplemente... fascinante. Con todo y la modestia aparte.

Mi misión en esta vida.... amor. Reconozco suena cursi o como se quiera pero es tan sencillo e inmenso su contenido que no amerita mayor explicación.
Amor en su máxima expresión, por diversos autores y escenarios. Pero amor al fin y al cabo.
Dentro del cinicismo que vivimos qué nos queda sino luchar por ese concepto básico pero tan incomprendido.

Graciela ama...
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